Uno de los propósitos de la Corporación Fernando González – Otraparte es preservar el nombre del maestro que habitó el territorio Otraparte, que antes de llamarse así, tuvo varios nombres, entre ellos La Colmena de Ramiro, pero antes, La Huerta del Alemán, en honor a quien habitó este territorio antes de la llegada de los González Restrepo.

Parte del legado que se quiere proteger corresponde a los tesoros que se encuentran en el jardín de Otraparte, a partir del reconocimiento de lo que existe actualmente y del sueño de construir una huerta.

El primer paso fue una conversación en torno a las orquídeas, que además involucró reflexiones sobre los residuos que generamos, la estética de los jardines y el encuentro entre vecinos como excusa perfecta para apropiarnos de un territorio en constante reto por cuenta de las transformaciones urbanísticas y sociales.

Ese camino que estamos recorriendo, desde la naturaleza y en contacto con la tierra, nos ha permitido reinterpretar el concepto de «cultura» y su relación con «cultivar», una pregunta compartida con otros museos de la ciudad con los que colaboramos en este proceso: el Museo de Antioquia y el Museo Pedro Nel Gómez.