
Narrativas difíciles
Las joyitas del museo
Por Ilona Tarcitano*
Dentro del Museo de Antioquia en sus salas de arte contemporáneo y conceptual se plantea un discurso crítico a la violencia en zonas rojas del país, la explotación de los recursos naturales, la mermelada del narcoestado y todas sus derivas, pero, justo de puertas hacia afuera, se patrocina la venta de objetos cuyos materiales hacen una contraparte a las narrativas curatoriales. La institución resguarda, protege y valida objetos valiosos considerados arte por el hecho de estar entre sus paredes, volvemos entonces al debate del siglo XX: ¿cualquier cosa puede ser arte?, ¿cualquiera puede ser artista?
Hay una distancia abismal entre quienes habitan las calles que rodean el museo y las obras mismas, no hacen parte del mundo cultural puertas adentro, por lo tanto, si es esta la institución la que legitima lo que es arte y lo que no, lo que es valioso, digno y culturalmente aprobado, ¿cómo exponer adentro eso que está en la sombra y deambula en la realidad del afuera?
¿Qué tal si les damos el valor a las joyas de las trabajadoras sexuales, así como les damos el valor a los metales con procedencia desconocida?
¿Y si son ellas las artistas que se apoderan del Museo de Antioquia?
No solo exponer el objeto mismo que las adorna, sino visibilizarlas a ellas, su trabajo y sus luchas reflejadas en sus accesorios. Las joyitas del centro, del museo, las joyas que hablan de una narrativa difícil.
Estas piezas cargadas de historias de ciudad presentadas como una gran obra de arte son tratadas con fino cuidado, con el mismo amor que sus dueñas les tienen. Están acompañadas de testimonios que develan la intimidad de sus portadoras, quienes con orgullo atesoran cada pieza y la llevan con la frente en alto en su trabajo por la Veracruz. Ahora, siendo artistas, las trabajadoras sexuales se han tomado el Museo, sus joyas hacen presencia, como quien dice: “Aquí estamos y también brillamos”.
*Ilona Tarcitano. El Bagre (Antioquia), 1996. Nacida en un pez con espinas de oro, por lo general llega con la lluvia y es el río quien la acompaña. Se visualiza como una gran viajera, es observadora y crítica, busca desentrañar las verdades ocultas de aquello sumergido y olvidado, encuentra en el arte un espacio para resonar con lo sensible, cuestionar y percibir el mundo con los ojos del otro.
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