Por Ana Isabel Rivera Posada
Fotografías de Viviendo Santa Elena
Más allá del Desfile de Silleteros, muchas otras actividades se desarrollan en Santa Elena relacionadas con este patrimonio cultural. Un amplio acervo que demuestra que la cultura no es solo un desfile, y la vida de estas tres mujeres lo muestra. Lili Atehortúa heredó la tradición de su madre -que era silletera- y mantiene la memoria a través de obras de teatro y performances. También es madre y atiende un carrito de comida rápida. “Ser silletera es armar la silleta, nacer en esta tierra. Soy silletera porque he acompañado a mi mamá a elaborarla y también a vender productos del campo en Medellín desde que tengo memoria”, dice Lili que, aunque no ha participado en el desfile, pronto tomará el puesto de su mamá.
Alba Mery Soto Grajales desfila desde hace cuarenta años, la edad que tiene Lili. Cumplió sesenta y uno. Antes acostumbraba a sacar la tierra, llena de musgo y nutrientes, de los bosques cercanos. Pero luego de que eso ya no fuera permitido, Alba encontró una alternativa: empezó a preparar su propio sustrato. Nueve años lleva en esas. Madruga y baja desde Santa Elena para venderla en la Placita de Flórez.
Carmen Emilia Sánchez es hija de uno de los fundadores del Desfile de Silleteros, David Sánchez Jurado. Tiene setenta y ocho años y todos los días se levanta a sembrar. Para mantenerse en movimiento y para superar la muerte de su esposo, Luis Enrique Atehortúa Ríos, un silletero que fue muy conocido en el corregimiento.
En la cotidianidad de estas tres mujeres, por sencilla que parezca, está viva toda la fuerza con la que resguardan su tradición.
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