En el vacío miraba tu cara

Vemos fogatas

y el río

negro

atravesar

animal vencido

chozas

puentes

carros

la ciudad

como una cohorte

el puro suplicio

entre otros muertos

tú

en tanto

te ríes

de la respiración cortada

de nuestros pasos

agigantados por la droga

como si fueran ajenos

y

sin aviso

me empuñas el brazo

me arrastras

convaleciente

se dirá

entre calles quebradas

casas sin revocar

hasta pisar pantanos

hacia el río

hacia la noche

por esta

angosta

entrada real

adviertes

una de pocas

a un mundo vegetal

también

babel de plásticos

tizones

mierda

que parpadea

por tramos

cuando arde madera nueva

e ilumina

las caras puntiagudas

cerrados círculos del basuco

islas señales

en medio de la noche y la fronda

ahora

el traspié

tierra en manos y rodillas

réplicas

tímidas

que desgrano

contra tu rostro

dos tragos largos

a una botella

salida de la nada

y estás

de repente

lejos

en cuclillas

abrigada

como si regresaras

del mundo de las luces falsas

la ciudad que se canta

a la tierra prometida

la de los cuerpos en harapos

por la feligresía

que celebra tu belleza

y señala

al unísono

como si se tratara del esquivo presagio

un tronco

que a lo lejos

en las aguas negras

fondea